Libro blanco de la Sanidad de Madrid

Libertad de elección real e informada en la sanidad pública de Madrid

Filed under: Ciudadanía Sanitaria — admin @ 10:56

Poder elegir es bueno en sí mismo y es deseable también en la sanidad pública. Recomendamos ampliar al máximo la libertad de elección dentro de la sanidad de Madrid, e incluso dentro del conjunto del sistema Nacional de Salud español, eliminando todos los obstáculos burocráticos para ello, y poniendo activamente los medios necesarios para hacerla real, el más importante de los cuales es una buena información al paciente y su familia. El gobierno del PP en la Comunidad de Madrid ha hecho bandería político-sanitaria de una “libre elección” (sic)fraudulenta que hace obligado tratar este tema con cierto detalle en este capítulo.

El atractivo social de elegir, pervertido como bandera partidaria por el gobierno del PP en Madrid, está siendo utilizado como pantalla para ocultar su desgobierno sanitario, y de publicidad institucional, en este caso especialmente engañosa. Para agitar políticamente la bandera de la libre elección el PP de Madrid ha aprobado toda una Ley (la Ley 9/2009). Es una ley perfectamente innecesaria por no añadir nada nuevo a la Ley General de Sanidad de 1986 y a los dos Reales Decretos sobre libertad de elección, en Atención Primaria (1993) y en Atención Especializada (1996), ni siquiera a la propia LOSCAM de Madrid de 2001 (Art. 27.9). El Decreto 51/2010 que en agosto de 2010 desarrolla esta Ley tampoco añade en la práctica nada sustantivo a las posibilidades reales de elección de ciudadanos y pacientes en la sanidad madrileña;

La libertad de elección, especialmente de Médico General-de Familia, es tema resuelto desde hace décadas en la sanidad española. Sin embargo, el gobierno del PP en Madrid redescubre su atractivo, y la utiliza como pretexto para acabar con la ordenación sanitaria de la Comunidad en Áreas de Salud, implantando su improvisada “Área Única”. A pesar de que es un hecho que las Áreas de Salud no suponen obstáculo alguno para elegir médico (de Atención Primaria o Especialista) en cualquier centro de la Comunidad de Madrid. Lo más grave de todo esto es que la manipulación política del tema elección está sirviendo como cortina de humo para una agenda, cada vez menos oculta, que favorece intereses privados, mercantilizando la sanidad pública (“el dinero sigue al paciente”), con el pretexto de hacer de la libre elección seña de identidad ideológico-sanitaria y bandera partidaria.

Nosotros recomendamos la más amplia posibilidad de elegir en la sanidad pública, pero poniendo para ello los medios organizativos y la información necesaria para hacerla real y operativa. La elección del médico de cabecera está relativamente bien resuelta desde hace años en todo el SNS español, aunque siempre es posible mejorarla, y tambien empeorarla como se ha hecho en Madrid. Sin embargo, evitando falsas promesas y demagogia, es preciso reconocer con honestidad, que organizar operativamente bien un marco general y amplio de libertad de elección de especialista en la sanidad pública tiene notables dificultades. Requiere un cuidadoso trabajo de información y organización que no se puede improvisar; es innegable que tanto las segundas opiniones y como la posibilidad generalizada de elegir el equipo o el especialista que realice determinados diagnósticos o tratamientos, plantean retos organizativos y de detalle que requieren una planificación cuidadosa, con la implicación muy directa de los especialistas y unidades clínicas involucradas.

Por otro lado, la condición fundamental para poder elegir es tener información. Esta información tiene tres componentes relacionados entre sí: (1) un buen Sistema general de Información Sanitaria de Madrid, de acceso público y transparente, como la revolución en el acceso a la información que propugnamos en el Libro Blanco; (2) disponibilidad sin restricciones por el paciente de su propia historia clínica, que recomendamos; y (3) y sin duda el más importante: la información personal a cada paciente, que le oriente con confianza sobre dónde, cuándo y por quién puede ser mejor atendido en su caso; esta información se obtiene del diálogo con el médico propio (de cabecera o especialista), o con un médico de confianza, conocedores del caso y de los datos de actividad, calidad y resultados de los diferentes centros y servicios. A este respecto es muy significativa la desaparición del texto final del Decreto 51/2010 sobre “libre elección” del artículo que existía en los borradores que obligaba a proporcionar a los pacientes la información necesaria para poder elegir en la sanidad de Madrid.

Por último, tres consideraciones relevantes sobre la libertad de elección dentro de la sanidad pública, en la perspectiva más amplia de autonomía y empoderamiento del paciente y de lo que a éste realmente le importa en relación con su atención médica.

  • En primer lugar, es muy pobre y limitado un derecho a elegir que se limite al dónde y al quién de la atención y no incluya, o promueva al menos con igual énfasis, el control y la decisión del paciente sobre su atención médica y cuidados, es decir: el qué y el cómo de los mismos, que son tanto o más importantes que dónde y por quién se es atendido.
  • En segundo lugar, el interés prioritario del paciente es recibir una buena atención médica: que ésta sea a tiempo, segura, efectiva, de calidad, y con un buen trato personal. Poder elegir el dónde y quién de la atención es solo un medio para ello –valioso sólo si se tiene la información adecuada–, pero en modo alguno es un fin en sí mismo, como tramposamente induce a creer la retórica vacía de la libre elección.
  • En tercer lugar, la inmensa mayoría de los pacientes busca y obtiene la atención que necesita en sus centros y hospitales de referencia, que son los más cercanos a su domicilio. Por ello su primera elección informada sería, sin duda alguna, que éstos estén bien equipados y que funcionen correctamente. Porque, además, cuando más necesaria e importante es la atención médica –en situaciones de urgencia– somos atendidos en estos centros próximos, y de nada sirve en estas situaciones el discurso vacío de la libre elección. Por ello es importante la ordenación sanitaria con planificación equitativa y técnicamente eficiente de los recursos, que permite organizar la oferta de servicios. Las Áreas de Salud son un instrumento probado y excelente para garantizarlo y sin embargo han sido suprimidas en Madrid, con el pretexto de una “libre elección” retórica, que tal como está planteada no aporta nada nuevo. La organización saniaria por Áreas de Salud en modo alguno tiene como objetivo ni obliga a encuadrar en ellas la demanda limitando la capacidad de elección de los pacientes. Las Áreas de Salud son fundamentalmente un instrumento para organizar la oferta de servicios con racionalidad y con equidad. Por ello recomendamos vivamente volver a este modelo de organización sanitaria: es la que ofrece más garantías reales de buena atención a los todos los ciudadanos de la Comunidad, en cualquier punto de su territorio.

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