Libro blanco de la Sanidad de Madrid

Introducción

Filed under: Ciudadanía Sanitaria — admin @ 10:54

Uno que uno de los objetivos centrales del Libro Blanco es lograr en Madrid una sanidad pública tal que sea efectivamente utilizada por todos los grupos sociales, respondiendo satisfactoriamente a las necesidades y expectativas de los diferentes sectores de nuestra sociedad, especialmente –porque supone un mayor reto– a aquellos mejor informados y con expectativas más exigentes para su atención médica. Los sistemas sanitarios públicos integrados, como el español, en los que tanto financiación como provisión son públicas, cubren razonablemente bien las necesidades sanitarias, pero no siempre responden satisfactoriamente a las demandas y preferencias razonables de la población y los pacientes. Este reto es más difícil cuanto más exigentes e informados son los ciudadanos y menos flexible y ágil es el sistema público. Sin embargo, en este tipo de sistemas sanitarios es especialmente crítico lograr un alto nivel calidad y satisfacción de la población con los mismos, pues el riesgo más importante para su sostenibilidad no es financiero si no político: el de una posible desafección de las clases medias si no responde a sus expectativas.

Sin embargo, en un sistema sanitario público bien gobernado, este énfasis en lograr servicios que respondan a las demandas de las clases medias más exigentes, debe ser perfectamente compatible con dar respuesta igualmente satisfactoria a las necesidades sanitarias de los sectores más desfavorecidos de la sociedad, tanto por exigencias de equidad y justicia social, como por sólidas razones de salud pública y de eficiencia global del sistema sanitario. Por ello el Libro Blanco dedica un apartado a este tema, recomendando que la lucha contra las desigualdades socioeconómicas en salud sea uno de los temas centrales de la política pública (no solo sanitaria) de la Comunidad de Madrid, y que a ella se dedique –como lo hacen los países más avanzados– un programa específico bajo la tutela de una Comisión de la Asamblea.

La experiencia de los países nórdicos ha demostrado que los sistemas públicos integrados pueden ser los mejores del mundo en todas las dimensiones (calidad, eficiencia, equidad, satisfacción de la población, etc.). Es cieto, que en ellos no sólo la sanidad pública, si no todo el sector público, destaca por su calidad, eficiencia, agilidad y profesionalidad. Por ello, su ejemplo es unos de los referentes fundamentales de las propuestas del Libro Blanco. Afortunadamente la sanidad española se parece cada vez más a la nórdica, pero no cabe autocomplacencia alguna ante la experiencia negativa de pacientes y profesionales con sus no pocas insuficiencias. Insuficiencias cuyo reconocimieneto llevan a proclamar en programas electorales y declaraciones públicas la “centralidad del paciente” en los servicios sanitarios, sin que ello haya significado en la práctica grandes cambios, a pesar de los notables avances de todo tipo habidos en la cultura de servicio de nuestra sanidad pública.

El interés por responder satisfactoriamente a las preferencias de la población en relación con los servicios sanitarios ha impulsado en el SNS español medidas que han dado lugar a innegables mejoras en la calidad de la sanidad pública. Sin embargo, al mismo tiempo, la importancia de mostrar interés político por la satisfacción ciudadana con la sanidad ha llevado a algunos gobiernos a propuestas demagógicas, con un gran potencial para dañar tanto a los pacientes como al sistema sanitario. De ello, el gobierno del PP-Aguirre en la Comunidad de Madrid ofrece dos casos de libro: uno es la promesa electoral de un tiempo máximo de 30 días para todas las intervenciones quirúrgicas que ocasionó retrasos importantes de operaciones tan prioritarias con las de cáncer por cumplir el objetivo en intervenciones menores (alterando además el sistema de información de listas de espera). El otro caso es la utilización del atractivo de la “libre elección” ( por más que sin instrumentos para que los pacientes puedan en la práctica ejercerla), con el fin último de implantar un Área Única que destroza la ordenación territorial sanitaria de la Madrid.

El Libro Blanco reconoce la dificultad real de situar de verdad y con todas las consecuencias a los pacientes, sus familias y cuidadores, en el corazón del sistema sanitario público de Madrid como proclama el primero de sus objetivos estratégicos para la sanidad de Madrid. No obstante, siendo la sanidad pública de-y-para los ciudadanos, ningún otro objetivo es más prioritario e irrenunciable que lograr que responda adecuadamente a lo que ellos necesitan y esperan tanto en calidad científico-médica como en calidez y trato personal. Nuestra propuestas para conseguirlo son ambiciosas, pero cuentan con instrumentos probados para que ciudadanos, pacientes y profesionales sean protagonistas y testigos del gran avance que el Libro Blanco propone, tanto en la atención y trato a los pacientes de la sanidad pública madrileña, como en la vinculación de la ciudadanía con el que es su servicio público más apreciado y querido.

Este capítulo desarrolla las reflexiones y propuestas del Libro Blanco sobre sobre los objetivos deseables para situar a ciudadanos y pacientes en el centro del sistema, así como sobre los instrumentos para avanzar. Para ello organizamos el capítulo en ocho grandes apartados: (1) En primer lugar, presentando las dos perspectiva e instrumentos que proponemos para situar de verdad al paciente en el corazón del sistema sanitario: el Buen Gobierno y una gran Alianza por la Calidad; (2) En segundo lugar, proponiendo la revitalización de los derechos y deberes de los ciudadanos en la sanidad en siete puntos centrales; (3) En tercer lugar, desarrollando propuestas operativas y rigurosas para hacer posible, de verdad, la libre elección dentro de la sanidad pública de Madrid; (4) En cuarto lugar, impulsando la participación activa de ciudadanos y pacientes a en la sanidad pública de Madrid; (5) En quinto lugar, presentando propuestas para la prevención de errores y accidentes en la atención sanitaria, así como mecanismos de ayuda a los pacientes que los han sufrido; (6) En sexto lugar, proponiendo impulsar el voluntariado, las donaciones y legados a centros y servicios de la sanidad madrileña; (7) En séptimo lugar, dedicando un apartado a los derechos de los pacientes en la sanidad privada por ser su protección también responsabilidad de las autoridades sanitarias de la Comunidad de Madrid; (8) Finalmente, abordando un conjunto de puntos importantes para los pacientes y sus familias por su contribución a mejorar su experiencia en la sanidad pública de Madrid.

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